
Las estrellas que brillan en mis ojos empiezan a caerse. Aristadas se escapan empujandose las unas a las otras, mientras, solo puedo observar como se alejan y solo dejan refulgiendo en mi cuerpo los huesos.
Los cuales estan empezando a hacer sus maletas.
Y para entretenerles, solo se me ocurre invitarles a una penultima copa.